viernes, 1 de abril de 2011

Canalones de Ceps

Historia de una ida y una vuelta
Crónicas de una ausencia (II)
Viernes 25.03.2011, 5:00 de la mañana, suena el despertador y abro los ojos con ese ligero mareo que provoca la falta de sueño, me desperezo y junto conmigo también se desperezan mis nervios; en poco tiempo cogeré un vuelo con destino a Bélgica.
Desayuno impaciencia con café con leche, cargamos con el equipaje y salimos de casa, un último vistazo para constatar que no te olvidas nada y cerramos la puerta.
Llegamos al aeropuerto, facturamos el equipaje con asombrosa rapidez y nos dirigimos a las puertas de embarque. Es temprano y la espera causa estragos en mi ánimo, no me gusta volar o mejor dicho; odio las maniobras de despegue y aterrizaje, pero el fin justifica el mal rato.
Una vez en el aire la curvatura del horizonte, las montañas con sus cimas nevadas, los campos de siembra asemejando un inmenso puzzle de tonalidades que van del verde más intenso al ocre y el mar de nubes hacen que mis miedos se diluyan y mis pensamientos se centran en que en poco tiempo volveré a ver a mi hija, casi dos meses después de su marcha volveré a abrazarla, a besarla.
Comenzamos al descenso y con el regresan los nervios, tomamos tierra y con un plan de viaje perfectamente organizado a las 12:00 ponemos el pie en Mons (aquí es donde vive), una pequeña ciudad del sur de Bélgica.
Y la veo de pié en el andén, y mi corazón da un salto de alegría en mi pecho, y la abrazo, y me olvido del pobre sucedáneo a su presencia que ha sido el email, el chat, las videoconferencias (patéticas) y salimos a su ciudad, esa que ya ha hecho suya, y me alegro al ver la soltura con la que se mueve por ella, la soltura con la que se comunica con la gente. La miro y veo no sin cierta tristeza que ha crecido como persona, ha empezado a no ser mi niña, pero me alegra al mismo tiempo. Mientras paseamos por Mons nos va desgranando su historia, es una excelente guía.
Unas cervezas rematan la mañana, buen pueblo el belga que tiene una cerveza para cada momento y ocasión del día.
Al día siguiente toca visita a Bruselas, magnifica ciudad de bellísimos edificios Art-Deco y torres de vertiginosas agujas, ciudad que transpira cultura, música, arte y cerveza, mucha cerveza, cervezas densas, sabrosas, buenísimas.
Andamos mucho y vemos todo lo que se puede ver en unas horas, incluido el Atommium, catedrales, parques, la Grote Markt (impresionante) y su laberinto de calles estrechas y bellísimas, sus murales dedicados a la Bande Dessinée (comic). Por último toca visita y cerveza en el Delirium Tremens Café, o debería decir "El Templo", con barras llenas de tiradores y estos llenos de excelente cerveza. Perfecto final para un perfecto día.
Llega el último día de estancia en Bélgica y lo pasamos en Mons. Hoy esta particularmente bello con sus principales calles ocupadas por un mercado de plantas, el impacto visual es enorme con todos esos puestos llenos de flores, de plantas aromáticas y de frutales.
Llegando a la Grand Place disfrutamos de la Fetê du Chocolat, diosss que delicia, paradas llenas de chocolate, de cupcakes, de bombones, de fondues, de gaufres. Probamos una cerveza de chocolate, solo a un genio se le pudo ocurrir aunar en una botella lo mejor de Bélgica, sorprendentemente buena y perfecta para maridar unos postres.
Llega la hora de marchar; despedidas, abrazos y de vuelta a Barcelona.
Gracias Anna por un fin de semana maravilloso.
Ya cuento los días para volver otra vez (como siempre uno se va con hambre de ver mas)
También cuento los días para que vuelvas y sigo haciendo marcas en mi muro.

"Y se me sale dando pedales, sin mi permiso una lagrimilla"
Muxu Bat.
Volar da hambre, así que aquí va la receta.
Canalones de ceps

Ingredientes.
½ kg de ceps frescos, 2 cebollas , 2 huevos, crema de leche, Aceite de oliva virgen extra (AOVE), 2 c.s de harina, 1 c.s de mantequilla, ½ litro de leche, 2 c.p de harina de ceps, 60 grs de parmesano rallado, 60 grs de queso gruyere o emmenthal rallado, nuez moscada, placas de canalones o de lasaña.
Elaboración.
Picamos fina la cebolla y sofreímos en AOVE, cuando este pochada añadimos los ceps troceados, un pellizco de sal y sofreímos cinco minutos aproximadamente, bajamos el fuego al mínimo y añadimos 70 cl. de crema de leche, las yemas de los huevos (puedes guardar las claras para otra elaboración) y la mitad del parmesano, cuando la farsa coja un ligero cuerpo la apartamos del fuego. Ponemos a hervir las placas de canalones, mientras haremos la bechamel poniendo en un cazo al fuego la mantequilla que coceremos hasta que este ligeramente dorada y desprenda un aroma a nuez, en este punto añadiremos la harina y removeremos hasta formar un roux (es decir la harina ligeramente cocinada en la mantequilla), vamos añadiendo la leche poco apoco y sin dejar de remover, añadimos un pellizco de sal, una pizca de nuez moscada y las dos cucharadas de postre de harina de ceps, seguimos removiendo hasta que espese y no tenga grumos.
Ponemos las placas de canalones encima de un paño de cocina limpio para que escurran el agua i vamos rellenándolas con la farsa y enrollándolas. Ponemos los canalones en una bandeja de horno o mejor en cazuelitas individuales de barro, mezclamos los dos quesos y cubrimos los canalones ponemos unos daditos de mantequilla y los ponemos a gratinar en el horno.















Sírvelos recién hechos y calientes.

Juanjo y Angels

1 comentario:

  1. Molt bonica l'entrada. I molt xules les fotos al Flickr ;)
    Petons i gràcies.
    Fins aviat

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